Sacamos provecho de la capacidad cerebral de los primeros cinco años de vida del niño para crear un ambiente que estimule su curiosidad natural, su gusto por aprender y la capacidad de asombro, en un ambiente de empatía, respeto mutuo y alegría.
Sacamos provecho de la capacidad cerebral de los primeros cinco años de vida del niño para crear un ambiente que estimule su curiosidad natural, su gusto por aprender y la capacidad de asombro, en un ambiente de empatía, respeto mutuo y alegría.